El excesivo peso del sector servicios frente al industrial o al casi inexistente primario y la dependencia de grandes empresas dentro de sectores maduros en Santiago hace preciso echar mano de la innovación. Para esto, el talento procedente de la Universidad resulta clave para diversificar la actividad económica. Al mismo tiempo, aprovechar la situación geográfica y la condición de capital de Galicia para atraer mayor número de empresas. También el creciente interés por los alimentos km 0 puede ayudar a promover un sector agrario casi inexistente en el municipio.

Ahondar pues en las políticas de apoyo a la diversificación de la base económica de la ciudad dando continuidad a la línea abierta en el marco del Pacto por la Sionlla por proyectos como el Spin Up , Bioincubatech  o Biotecnia Polo Biotecnolóxico de Galicia será un elemento clave para construir un modelo económico más equilibrado.  La colaboración establecida para este objetivo entre Instituto Galego de Vivenda e Solo (IGVS), el Instituto Galego de Promoción Económica (IGAPE), la Axencia Galega da Innovación (GAIN),  el Concello de Santiago de Compostela, la Universidade de Santiago de Compostela, a Asociación Área Empresarial do Tambre y la Cámara de Comercio de Santiago de Compostela y los Clústers de Biotecnología (BIOGA) y de la salud (CSG), es un ejemplo de colaboración público-privada que se puede aplicar a la promoción de otras iniciativas semejantes.

Por otro lado, Santiago destaca por contar con una marca turística diferenciada, si bien las personas visitantes suelen concentrarse en la ciudad central. Esto provoca problemas de convivencia con residentes, corriendo el peligro de la turistificación del destino. Además, la extensión de la temporada alta derivó en un conflicto entre las necesidades de alojamiento de estudiantes y de visitantes. En este sentido, hace falta aplicar medidas para promover una idónea convivencia de ambos aspectos.

Es por eso que se puede echar mano del territorio ambiental y patrimonialmente interesante de la periferia rural de Santiago para llevar a cabo estrategias de desconcentración y descentralización del turismo. Del mismo modo, y dado el número de cooperativas residenciales existentes, podrían servir de palanca para implantar nuevas políticas de vivienda que hagan frente a la conversión de viviendas en alojamientos turísticos.