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Agenda Urbana 2030 Santiago de Compostela

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DIAGNÓSTICO PREVIO > Movilidad

Movilidad y Transporte

Una de los principales defectos que se detecta en el campo de la movilidad y del transporte es la excesiva dependencia del automóvil privado, especialmente en los casos de los desplazamientos desde los municipios colindantes de Ames y Teo. Además, la diversidad de orígenes en los desplazamientos a Compostela dificulta la dotación de transporte público en extensas áreas del territorio municipal y metropolitano. Esta situación deriva en problemas de congestión del tráfico y de dificultades para encontrar estacionamiento en la ciudad.

Por contra, Santiago dispone de una estación intermodal bien localizada y que facilita el acceso a la ciudad desde distintos puntos, siendo también clave en el eje atlántico ferroviario gallego. A esto cabe añadir que la ciudad es compacta y facilita el tránsito peatonal, por lo que permite reforzar la peatonalización de la urbe, complementándolo con una red de aparcamientos disuasorios.

Por otra parte, la optimización del servicio del transporte público tiene entre sus herramientas la existencia de una empresa municipal de transporte y de instrumentos para establecer sinergias con los municipios de la periferia. Además, la localización de los nuevos suelos de actividad empresarial también precisa de una red de transporte público que facilite los desplazamientos la estas áreas.

Retos en materia de movilidad y transporte

Continuar la apuesta por un casco urbano peatonal

que se complemente con una red ciclista para conectar centro y periferia, con especial interés en los campus universitarios, el hospital o los polígonos industriales.

Consolidar la intermodalidad en la ciudad

y optimizar las conexiones con el aeropuerto de Lavacolla para multiplicar las alternativas al vehículo privado.

Reforzar el transporte público en la ciudad,

con especial interés en los núcleos urbanos densos de la periferia para paliar la dependencia del uso de automóvil.

Revisar la previsión de nuevas áreas residenciales

para favorecer modelos de desarrollo urbanístico orientados al transporte público.

Actualizar los instrumentos de planificación en materia de movilidad

y fomentar una gobernación más activa que se coordine con los municipios del área urbana y que incorpore la participación pública.